César Antonio Núñez.
Director Regional de ONUSIDA para América Latina y el Caribe
Como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el mundo se ha comprometido a poner fin a la epidemia de sida para el 2030
Este objetivo es ambicioso, pero es plenamente alcanzable para América Latina y el Caribe.
Poner fin a la epidemia de sida supone avanzar en todo el espectro de los derechos humanos, civiles, culturales, económicos, políticos, sociales, sexuales y reproductivos, incluido el derecho a la salud.
En 2014 en América Latina y el Caribe se estimaron 90,000 nuevas infecciones por VIH y casi 50,000 muertes por sida, que en la era del tratamiento son inadmisibles.
Para cambiar esa dinámica, tenemos que acelerar el ritmo de nuestra acción.
La buena noticia es que ahora tenemos las herramientas y el conocimiento que se necesitan para detener la epidemia y evitar que repunte.
En la región ya hemos llegado a casi 1 millón de personas que reciben tratamiento, que es vital. Y cada vez más podemos mejorar nuestra capacidad de llegar a personas que, de otro modo, podrían ser dejadas atrás.
Después de los Foros de la Ciudad de México y Rio de Janeiro, los países de la región han adherido y están aplicando la Estrategia de la Acción Acelerada de ONUSIDA, proponiéndose metas ambiciosas a 2020.
Reforzando el compromiso político y financiero, con un enfoque de derechos humanos, podemos cerrar la brecha del acceso a las pruebas del VIH, al tratamiento y proteger la salud de las personas que viven con el VIH y de las poblaciones más vulnerables.
Con los objetivos de desarrollo sostenible, el mundo ha entrado en una nueva era de innovación e integración.
Poner fin a la epidemia de sida significa que los y las adolescentes y los hombres y las mujeres jóvenes tengan acceso a una educación apropiada en torno al VIH y a servicios de salud sexual y reproductiva. Significa también que las poblaciones clave, como los hombres que tienen sexo con hombres, las mujeres transgenero, las trabajadoras y trabajadores sexuales y las personas que usan drogas, tengan acceso completo a los servicios de salud, con dignidad y respeto.
Y significa asimismo que todos los niños nazcan sin el VIH y que ellos y sus madres prosperen.
Estamos construyendo el impulso hacia un futuro sostenible, equitativo y saludable para todos.
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