En un estudio llevado a cabo por el Williams Institute de UCLA, en Estados Unidos, en el que se han estudiado durante 24 años a 78 parejas de lesbianas con hijos, no se ha encontrado ni un solo caso de abuso físico o sexual.
En estudios similares con todo tipo de parejas lo normal es que el 26% de los adolescentes admitan abusos físicos por parte de sus progenitores o tutores y, lo más grave, un 8,3% admite haber sufrido abusos sexuales. Si extrapoláramos esto a las 78 familias lesbianas estudiadas deberían haber encontrado 20 abusos físicos y 6 sexuales, pero no había ni uno.
Esta no es la primera vez que un estudio llega a esta conclusión, pero su larga duración confirma lo que otros ya habían apuntado: las parejas de lesbianas no abusan de sus hijos. Es más, en la universidad de UCLA apuntan a que habría que fijarse en las familias lésbicas para encontrar modelos de valores familiares. Pero el estudio no se queda aquí y también apunta con claridad al culpable de los abusos a menores: según dicho estudio el prototipo de abusador de menores es un hombre heterosexual.
Pero esta no es la única conclusión a la que han llegado, puesto que también aseguran que entre los hijos de lesbianas se encuentran el mismo número de homosexuales que entre la población general –tener una madre lesbiana no te hace más propenso a ser gay- y para acabarlo de redondear sus hijos son más abiertos y estables.
Este estudio sigue apuntando que, pese a que el número de divorcios entre parejas lesbianas es superior al de las parejas heterosexuales, los hijos de estas parejas de mujeres sufren en menor medida las consecuencias del divorcio. En resumen, o las lesbianas son madres ideales o tienen hijos perfectos –que también podría ser-:
Las hijas e hijos de madres lesbianas consiguieron puntuaciones significativamente superiores en habilidades sociales, resultados académicos y competencia en general, y significativamente inferiores en problemas sociales, quebrantamiento de reglas, agresividad y problemas de comportamiento en relación a la muestra normativa de la juventud norteamericana.
En condiciones normales todo el mundo esperaría encontrarse al menos una oveja negra en cualquier grupo que se estudie, pues bien, parece que en este sentido las lesbianas somos más raras que un elefante bailando salsa en un campanario –aunque en este caso no podemos más que alegrarnos de ser la excepción-.
¿Alguna madre puede contarnos su experiencia?
Vía Colorado Independent
En Ambiente G Los hijos de madres lesbianas, mejores en el cole
Enlace Estudio completo (PDF)
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