Alrededor del mundo, en muchos y muy diferentes contextos sociales y culturales, la violencia homofóbica y transfóbica está siendo propagada por personas que usan argumentos religiosos para justificar sus posiciones. Estas voces de odio están dirigidas a aquellas personas que viven relaciones sexuales o sentimentales con personas de su mismo sexo, y personas cuya identidad de género no corresponde a su sexo de nacimiento.
Aunque no sean la expresión de la gran mayoría de los creyentes dentro de cada confesión, estas posiciones se elevan públicamente con cada vez más confianza, y los ejemplos de actitudes que invitan o aprueban la violencia homofóbica y transfóbica son desgraciadamente demasiado comunes entres las religiones o sistemas de creencias.
Pero otras voces existen por todas partes, y también dentro de estas mismas religiones, que se oponen al uso de las religiones para justificar el odio y el rechazo y a veces incluso la violencia, los crímenes y el derramamiento de sangre.
Frente a esta homofobia y transfobia en aumento en el discurso religioso, nosotros, los abajo firmantes, expresamos nuestra convicción de que:
Las confesiones religiosas deberían preocuparse profundamente por las violaciones de derechos humanos y libertades fundamentales basados en la orientación sexual o la identidad de género, especialmente cuando estas violaciones se comenten basándose en argumentos religiosos.
Las jerarquías religiosas deberían expresar su condena del hecho que la violencia, exclusión, estigmatización y prejuicio sean dirigidos contra personas de todos los países del mundo a causa de su orientación sexual o su identidad de género, y su convicción de que estas prácticas minan la integridad y la dignidad de aquellos sometidos a estos abusos.
Los líderes religiosos deberían llamar a todos, especialmente a sus seguidores, para que se impliquen en promover y proteger los derechos humanos y la dignidad incondicional inherente a todas las personas, sin importar la orientación sexual o la identidad de género. Las religiones deberían implicarse en el principio de que la orientación sexual o la identidad de género no deberían bajo ninguna circunstancia ser la base de penas criminales, en particular las ejecuciones, arrestos o detenciones.
Las religiones deberían oponerse a una visión opresiva de la religión, y ser partidarias de que las religiones sean instrumentos de liberación y pacificación entre todas las personas. Deberían ser fieles a sus convicciones de base y no crear categorías de seres humanos hacia las cuales la violencia pueda ser justificada. Todas las religiones deberían proporcionar un lugar de seguridad y respeto para todos los seres humanos.
http://dayagainsthomophobia.org/IMG/pdf/llamamiento_religiones.pdf
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